Conciliar es un Arte

 El diálogo respetuoso amable y sincero, es el camino ideal para la solución de los conflictos. Sin embargo, a veces resulta difícil o imposible lograrlo debido a que se generan sentimientos exaltados que hacen perder la moderación y la calma.

 Por esto, tiene especial relevancia abordar la problemática, con la ayuda de un tercero, conciliador, que permita el acercamiento y el desarrollo de actitudes y habilidades que favorezcan el diálogo, para ser capaces de expresar los propios sentimientos, respetar el uso de la palabra, tomar conciencia del lenguaje verbal y no verbal, escuchar con interés y comprender la perspectiva del otro.

 En este sentido, se puede decir que “conciliar es un arte” porque al igual que en los procesos artísticos se construyen espacios propicios para la expresión de los sentimientos, se manejan los conflictos como elementos maleables que se pueden transformar para reconstruir la confianza en las relaciones y el resultado final se convierte en una creación conjunta entre partes y conciliador.

 Así, el reto para el conciliador está en desplegar su creatividad para despertar en las partes sentimientos de convivencia armónica que las lleve a responder a una propuesta de diálogo donde se hable el corazón, se consiga la transformación relacional de los antagonistas y se aporte al logro de una cultura de paz donde los ciudadanos sean capaces de administrar sus propias diferencias.

  Entonces, si conciliar es un arte, el Conciliador es un artista que como ser sensible canaliza expresiones y transforma relaciones para construir una sociedad mejor.